SED

Lamentos, gritos, miedo, inercia, rojos intensos, negros absolutos, cuando te alimentas de la otrora tu propia especie el degustar el latido ajeno es la vida misma. Absuelveme padre de mis pecados, de las heridas causadas a mi projimo pero no puedo dejar de matar por hambre, el tigre caza por necesidad, y las bestias de la noche tambien, somos meros tigres de 2 piernas, con la diferencia que los humanos no nos cazan por deporte. Ahora solo y sin fuerzas, esperando el incontable tiempo para sufrir y la eternidad para padecer me abrazo al viento y torturo mis ojos para que permanezcan abiertos mientras espero el beso mortal de la oscuridad que nunca llega, en la niebla disuelto con la sed incontrolable muerdo mis manos pero a lo lejos me llama el alimento, la tersura de una piel perfumada con el sabroso aroma de la sangre, pero no puedo, esos ojos matan lo que resta de mi alma, mi corazón seco se comprime, sin aire que alimente mis pulmones no necesito respirar para inhalar tu aroma y el ardor de la garganta pidiendo y clamando con sed, lucho contra el pensamiento que cruza por mi mente, pero la fuerza del hambre me despierta con una mordida y tu grito ahogado en sangre.