Es curioso como se suceden las cosas, la vida marcha a su propio ritmo,
las cosas pasan sin darnos cuenta y uno aprende a preciar mas las
bendiciones que nos rodean y consideramos por default, ver como un
pestañeo es la señal perfecta para comenzar a besar, un suspiro el
arranque de un abrazo fuerte, la tarde sea el signo de un refugio
propio, como cada respiración encuentra su nicho y nos aleja de ese
pasado superfluo e incoherente, donde el corazon se regalaba a los 2
pixels y las distancias significaban emoción y aventura, nada se compara
con un presente continuo constante y palpable, nada de abrazos
enviados, ni besos prometidos, ni camas imaginadas, solo realidad, por
mas dura y fria que sea la prefiero mil veces.
Hoy tengo la llave a
ese mundo en la mano y he abierto y mirado al interior, dandome cuenta
que no hay mas que pasado viejo y humedo que no sirve masque para abono
de lo que hoy crece bajo nuestros pies.
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