lunes, 26 de enero de 2009

MUNDO SURREAL




Escondido tras una montaña de anatomia, circula el caracol alado, portentosa bestia de color marrón, encargada de despojar de los miedos a las virginales almas que vagan en el intraverso, fosforescentes, alineadas tras la gran muralla, estigma de los pecados de la carne tremula y marchita.
Han florecido los espejos de la incognita, respuestas van y vienen por el flujo sanguineo de mi mente, no intervengo, dejando que el ecosistema siga su curso.
Nubes cuadrupedas que riegan los riscos con su inmaculada lluvia, pastan sobre el pelo indómito de la niebla, quien recostada sobre la tumba del tiempo, reposa su trayecto, invadida de recuerdos que estallan en silencios pausados y siniestros.

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